Por Diego Suárez
difersuca@gmail.com @diegosuarezcano
“El fútbol brinda muchos
beneficios pero no lo es todo, en algún momento se acaba”: Diego Barreto.
Esta es la frase que no se cansa de
repetir el ex jugador del Atlético Huila, Diego Barreto, quien agradece
inmensamente a sus padres por apoyarlo y aconsejarlo que estudiara una carrera
profesional. “Estudie algo pero estudie mijo, no se quede así que el fútbol
usted no sabe hasta cuándo le va a durar”, “mijo yo lo único que le puedo dejar
es la educación, así que estudie porque el conocimiento nadie se lo puede
quitar”, eran las retahílas, como él mismo las llama y que agradece hoy día,
que tenía que aguantar diariamente de sus padres.
Diego Armando Barreto Cortés,
licenciado en Educación Física y especialista en Entrenamiento Deportivo habló
‘sin pelos en la lengua’ sobre sus inicios como jugador profesional, los picos
de su carrera con el Atlético Huila, lo mejor y lo peor de su paso por el
Fútbol Profesional Colombiano, las penas en los días de gloria, las malas
decisiones de los clubes, su paso por Centroamérica, la responsabilidad que
tiene como ex jugador huilense, su retiro, los equipos que adora, su vida como
entrenador deportivo y hasta su pasión por los caballos.
Esta es la vida del defensa
central que defendió durante 8 años los colores del Atlético Huila.
¿Cómo inicia Diego Barreto en el fútbol?
Mi carrera futbolística inicia en
el colegio con la selección de fútbol del Instituto Técnico Superior de Neiva,
desde los 11 años cuando inicié el bachillerato.
Un par de años después, en uno de
estos partidos, el profesor Carlos Villarreal, el hoy preparador físico de la
Selección de El Salvador, que en esos momentos era entrenador de las divisiones
menores del Club Deportivo Atlético Huila y de la Liga de Fútbol, me ‘fichó’ y
desde 1994 teniendo 12 años ingresé a las fuerzas básicas del equipo.
Ahí transcurrió todo mi proceso
de formación deportiva bajo la dirección del profe ‘Villa’, coloquialmente
llamado y hoy mi gran amigo. Tuve también otros profesores y técnicos que
hicieron parte de mi proceso como ‘Lucho’ Medina, Gustavo ‘Huila’ Correa,
Alexander Bahamon, Álvaro Prieto y Jairo Silva Quiza.
¿Cuándo llega al fútbol profesional?
Después de cumplir con el
requisito de prestar servicio militar, a mis 16 años cumplo mi primer objetivo,
llegar al equipo profesional después de muchos esfuerzos, no solo míos, sino de
mi familia también que siempre me apoyó en mi vida deportiva. Era el primer
paso del mayor anhelo que me había trazado desde muy pequeño, ser un jugador
profesional en mi país.
Recuerdo que terminando de jugar
un partido en el famoso hexagonal de Granjas, el profesor ‘Villa’ reúne todo el
equipo y menciona una lista de 12 jugadores pertenecientes a esa categoría para
que a partir del 3 de enero nos presentáramos en el camerino del equipo
profesional para iniciar pretemporada. En esa lista estaba yo, para mí fue la
felicidad más grande del mundo, al otro día cumplía 16 años y esa noticia fue
el regalo más hermoso que me haya podido dar Dios en ese momento, no me
cambiaba por nadie, estaba feliz. En ese momento el DT era Nelson Gallego, de
los 12 que llegamos al finalizar la pretemporada solo quedamos dos jugadores,
Didier Montealegre y yo.
¿Cuándo debuta como profesional?
El 23 de noviembre de 2001 debuté
como profesional en mi tierrita, en mi estadio, con mi gente ante el
Bucaramanga. De ahí en adelante tuve muchas alegrías y tristezas también, pero
feliz porque estaba logrando lo que me había propuesto desde muy pequeño.
¿En qué equipos jugó como profesional?
Jugué ocho años con en el
Atlético Huila y seis meses en El Salvador con el equipo FAS (Club Deportivo
Futbolistas Asociados Santanecos).
¿En cuál equipo de Colombia y a nivel mundial le hubiera gustado jugar?
Acá en mi país me hubiera
encantado jugar con el Atlético Nacional, desde muy pequeño ese era, ha sido y
sigue siendo el equipo de mis amores junto con nuestro equipo el Atlético
Huila, claro está que cuando se enfrentan ahí no hay discusión alguna, le hago
fuerza al Huila. No logré llegar a jugar en ese equipo pero ahora como
entrenador deseo llegar al ‘verde’. Y a nivel internacional me hubiera gustado
jugar en el Real Madrid, qué gran club es ese.
¿Cuál es el mejor técnico que tuvo y por qué?
Antes que nada, no quiero llegar
a herir susceptibilidades ni mucho menos desmeritar el trabajo que realizaron
en su debido momento todos y cada uno de los entrenadores por los cuales yo
pasé, porque la verdad a todos les aprendí, me formaron deportivamente y colocaron
su granito de arena para que yo llegara al fútbol profesional, pero para mí el
que se lleva ese mérito es el profesor Carlos Eduardo Villarreal Caballero, no
solo por su profesionalismo al momento de entrar en acción en el campo, sino
por su calidad de persona, de sentimientos tan puros y sinceros con las
personas, sobre todo conmigo. El profe ‘Villa’ como todos lo llamamos, forjó en
mí un ser disciplinado, responsable, luchador, perseverante y muy cumplidor de
mis labores, eso en cuanto a lo deportivo, ni qué decir frente al tema
personal, me acogió completamente en el seno de su hogar, hasta tal punto que
mis compañeros me molestaban y me decían ‘Diego Villarreal’, (risas). Hoy en
día somos unos grandes amigos y aprovecho este espacio para ofrecerle mis más
sinceros agradecimientos al profe ‘Villa’.
Fuera del fútbol ¿qué otra pasión tiene?
Mi otra pasión son los caballos,
me encantan, soy un hombre muy feliz montando a caballo y compartiendo tiempo
con ellos, es algo que en verdad cuando uno lo disfruta al máximo es una
sensación indescriptible. Yo hago la siguiente comparación, para mí es tan
emocionante montar a caballo que jugar fútbol, es la emoción que sentía cuando
salía al terreno de juego del Guillermo Plazas Alcid y toda la gente gritaba “Huila,
Huila, Huila”, se escuchaba una gran algarabía cuando el equipo salía al campo.
¿Cómo debe ser un deportista?
Yo soy de los que pienso que el
deportista debe ser íntegro, en todo el sentido de la palabra. Es tan relevante
que un deportista se capacite y adquiera algún otro conocimiento en otra área
aparte del fútbol, porque abre la visión frente a la vida, a la realidad en la que
nos encontramos, y hasta el coeficiente intelectual se amplía mucho más para el
buen entendimiento del fútbol, proporcionándole muchas ventajas frente a otras
personas. Cuántos casos no tenemos en nuestra sociedad de jugadores
supremamente famosos que ganaron muchas cosas pero hoy no tienen nada, tal vez
por la mala cabeza, porque no realizaron un ahorro para su vida, porque eso en
algún momento se agota, en cambio el deportista que culminó su carrera
futbolística y haya ahorrado o no, tiene su estudio y puede salir a ejercerlo
tranquilamente sin llegar a pasar necesidades. El mismo fútbol se encarga de
abrir las puertas en todo lado a dónde llegue.
¿Cuál ha sido la mejor experiencia como jugador profesional?
Cuando enfrenté por primera vez
al ‘verde’ en el estadio Atanasio Girardot, ese día fue una sensación rarísima,
pero llena de mucha adrenalina. Cuando salí al terreno de juego y veo semejante
estadio tan grande, había muchísima gente, recuerdo perfectamente que la
tribuna donde se ubica la barra ‘Los del Sur’ estaba abarrotada de hinchas,
todos saltaban y cantaban. En ese momento yo me paré y me quedé mirándolos, eso
era increíble ver tanta gente y todos coreando lo mismo. Fue espectacular esa
sensación, pero en el mismo instante en el que salí de mi aterro, dentro de mí
había un gran sentido combatido y aguerrido porque quería ganarle el partido a
Nacional. Infortunadamente no fue así, ese día nos comimos cuatro goles
(risas); Nacional era una tromba, jugaba Aristizabal, Hugo Morales, Aldo Leao Ramírez,
tenían en ese momento un gran equipo.
¿Le ganó alguna vez a Nacional?
Le ganamos a Nacional en el
estadio Atanasio Giradot 2-1, goles del ‘Chumi’ Álvarez por nosotros y Mendoza
en un tiro libre por el ‘verde’. Ese partido fue perfecto, estábamos al mando
del profe Bernardo Redín, recuerdo que jugamos con libero y doble stopper, una
línea de cuatro volantes, un enganche y dos delanteros; el líbero era ‘Pepe’
Portocarrero y los estoppers Duván Hernández y yo.
¿Y la peor experiencia?
Fue en el momento en el que salí
del Atlético Huila, para mí fue muy duro y nostálgico, salir del equipo que me
vio crecer, al cual yo había entregado todo en cuerpo y alma, porque para mí no
había algo más importante que entrenar para jugar al fútbol y representar los
colores de mi equipo de la mejor manera. Fue un golpe muy duro.
¿Actualmente a qué se dedica?
Soy docente universitario y
preparador físico del equipo de fútbol de la Escuela Militar de Cadetes José
María Córdoba.
¿Háblenos de su paso por Centroamérica?
Fueron tres años los que estuve
en Centroamérica. Luego que terminé mi especialización en Entrenamiento
Deportivo en el 2009, surge por medio del profe ‘Villa’ una valiosa oportunidad
de trabajo en El Salvador pero ya como entrenador, la idea era ir como
preparador físico al equipo de la capital, (San Salvador) llamado Alianza F.C.,
la cual sin dudarlo acepté automáticamente. Ahí estuve dos temporadas, luego
pasé a otro equipo llamado Club Deportivo FAS, con el que participamos en una
Liga de Campeones de Concacaf, ya que el equipo había quedado campeón y se
habían ganado el cupo a este torneo internacional, esta fue una experiencia
inolvidable, ahí también estuve dos temporadas, luego salí para Guatemala a un
equipo llamado Club Social y Deportivo Suchitepequez, la ciudad muy particular
llamada Mazatenango y también una gran institución como las anteriores
mencionadas, ahí de igual forma estuve dos temporadas.
Regresé al país en el año 2011 y
me salió una valiosa oportunidad de trabajo en Compensar en Bogotá y sin
dudarlo tres veces acepté. Desde entonces me encuentro acá en mi país, feliz
porque eso de estar por fuera tanto tiempo siempre tiene sus pesares. Colombia
lo digo sin duda alguna es una verraquera, y así a groso modo fue mi paso por
Centroamérica.
¿Cómo ve usted el fútbol en general en el Huila como ex jugador profesional
y ahora como entrenador?
Con tristeza, muchísima tristeza,
hay que decirlo ‘sin pelos en la lengua’ porque a partir de críticas
constructivas y mucho compromiso con el deporte pienso que algún día el fútbol
huilense debe cambiar. Desde que me fui para el exterior y dejé de jugar al
fútbol en realidad el cambio no ha sido significativo, escenarios deportivos
idóneos para la práctica no los hay, siguen los mismos, apoyo al deportista en
un 100% tampoco lo hay, la oportunidad para el jugador huilense que tenga un
proceso de formación deportiva completo tampoco existe, ningún club, con el
respeto de todos, ofrecen unas condiciones óptimas de trabajo y de formación
para los deportistas; así que yo veo con angustia esa situación y tengo la fe
puesta en Dios y sueño con que algún día el fútbol en nuestro departamento
cambie para estar presente y dar toda mi colaboración para que este sueño se
realice.
Actualmente, ¿cómo ve al Atlético Huila?
Lo veo en una penosa situación y
muy riesgosa por cierto, pero hay que tener fe que nuestro equipo este año va a
realizar un buen desempeño y nos vamos a mantener en la primera división, y por
qué no, ser campeones. Conozco que hay directivos que en estos momentos están
realizando un esfuerzo enorme para que este barco salga airoso de esta
situación, están cargando con la consecuencia de años atrás. Pero de mi parte,
los mejores deseos para este 2013.
¿Cuál es la diferencia del Atlético Huila de antes en el que usted
jugaba, al actual?
En los años en los que yo estuve
éramos más jugadores huilenses en el equipo profesional. Tengo un muy bonito
recuerdo de un partido que jugamos en el estadio Palo Grande de Manizales, en
el cual el equipo titular éramos siete jugadores oriundos del Huila: Rolando
Vargas, Wilson Cuero, Wilmer Saldaña, Fabián Cuellar, Didier Montealegre, el
‘Perrito’ González y yo, desde ese año desconozco completamente si ha habido
una participación tan masiva de huilenses en un partido oficial del torneo
profesional o en el equipo.
Por lo demás, creo que todo se ha
mantenido, el club continúa sufriendo semestralmente la misma situación que
lleva padeciendo desde que lo conozco, que es el préstamo de los jugadores de
otras instituciones, ellos llegan, se forman en el Huila, juegan, tienen
reconocimiento y de nuevo regresan al club al cual pertenecen, lo venden y el
gran beneficiado es el club dueño del 100% de los derecho deportivos del
jugador y al equipo ¿qué bueno le queda?, acaso no es más beneficioso formar
nuestros propios jugadores, pregunto.
¿Qué cree que pasa en el Huila,
con tanto talento para el fútbol, pero infortunadamente salen muy pocos
jugadores ‘opitas’ al profesionalismo, y los que llegan duran muy poco en
primera?
Me gustaría responder esta
pregunta citando un artículo de mi autoría “El sinuoso recorrido del jugador de
fútbol huilense al fútbol profesional”, fue la modalidad de grado de mi
especialización y se encuentra publicado en una revista virtual llamada
reddeportes.com. Ahí están todas las variantes más relevantes de este tema tan
espinoso, y que siempre he tenido la gran duda por qué sucede esta situación.
Sin embargo, mi apreciación
personal, es que en el Huila no se le da la importancia que se merece el
trabajo a las divisiones menores, otra variable que inciden directamente en
este gran problema es la falta de escenarios deportivos, el apoyo íntegro al
deportista, falta de oportunidad en el equipo profesional, y no hay procesos
bien organizados y estructurados idóneamente para la formación de jugadores de
fútbol desde la temprana edad.
¿Qué consejo le regala a las nuevas generaciones del fútbol huilense?
Mi recomendación personal para
todos mis paisanos deportistas es, primero que luchen por alcanzar sus sueños y
se tracen objetivos en sus vidas y segundo que no dejen de estudiar, los dos
hábitos, con paciencia, dedicación y mucho esfuerzo se pueden llevar de la
mano, se los aseguro, y lo digo por experiencia propia.
*Artículo tomado de www.opanoticias.com
*Artículo tomado de www.opanoticias.com