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Los jugadores pueden equivocarse una vez o varias veces durante el partido, pero se salvan con una buena finta, un buen disparo al arco, o un pase preciso; el arquero no cuenta con la misma suerte, no se puede equivocar, un error suyo no tiene arreglo, pues casi siempre termina en gol.
Por Diego Suárez
difersuca@gmail.com @diegosuarezcano
En el entorno futbolístico la posición de arquero o también llamado portero, guardameta, golero, cancerbero o guardavallas, es una de las más difíciles y de mayor responsabilidad en los resultados de los partidos, puesto que su labor es impedir que el balón traspase la línea de gol.
Los arqueros, como los demás jugadores tienen un número en la espalda predeterminado, por lo general el número 1 es utilizado por el portero titular. También son utilizados el 12, 22 y 25 para porteros suplentes. Aunque hay excepciones, como el arquero holandés Jan Jongbloed que utilizaba el número 8, el argentino Ubaldo Matildo Fillol utilizaba el 5, así como el portero francés Fabien Barthez con la selección de su país utilizaba el 16.
Es paradójico que los arqueros son figuras cuando su equipo juega mal y aún cuando pierden por goleada; ahí es donde escucho la frase popular de un hincha resignado “si no fuera por el arquero nos hubieran metido más goles”. Lo injusto es que infortunadamente las atajadas o voladas no son tan valoradas como los goles, pues sólo se gana si se anota uno o más que el rival, sin importar si se jugó bien o mal, lo importante es el resultado, los goles son los que cuentan, esa es la esencia del fútbol, y para colmo de muchos, ellos son los encargados de negar lo más sagrado del balompié, el gol.
¿Quién dijo que ser portero era fácil?
Es muy común en el resumen de la fecha que los noticieros o programas deportivos repitan los goles y las jugadas bonitas, muy pocas veces repiten las atajadas o las intervenciones del portero, salvo a que tape un penalti o se equivoquen y se conviertan en burla de los aficionados, comentaristas y compañeros.
Es de mucho sacrificio y de mucha responsabilidad dentro de los once titulares el puesto de arquero y para sorpresa de muchos el pago por su profesión no es el mejor dentro del equipo, y las cifras lo demuestran. Los delanteros ganan mucho más dinero que los porteros, los goles son los que valen, las atajadas no; de ahí nace una de las tantas preguntas futboleras ¿es más difícil atacar o defender, hacer goles o evitarlos? En mi caso creería que ambos son de gran importancia dentro del espectáculo deportivo.
El portero es un hombre solo, encerrado como un prisionero en una pequeña ‘cárcel’ que mide 5.50 metros, con tres palos y una red de la cual no puede escapar; mientras los demás jugadores pueden desplazarse y ocultarse en diferentes partes del terreno de juego. Este número 1 que sobresale ante los demás por su vestimenta, permanece atento, a la espera de algún ataque repentino, un contragolpe, de un ‘riflazo’, o en el peor de los casos de los insultos, ofensas o burlas de los hinchas que desde la tribuna arrojan hacia él.
Sin embargo, es un puesto excepcional, el arquero es el único jugador que viste distinto a todos los demás, es el único del equipo que puede tocar el balón con sus manos o brazos durante el partido siempre y cuando esté dentro de su zona, el área, es el que recibe la recepción calida de sus compañeros y es el que tiene la visión general del partido.
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