Por: Alejandro Reyes Dávila
alejafro@hotmail.com - @alejoreyesdavil
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Mucho tiempo ha tenido que pasar
para que las mujeres ocupen el lugar que hoy merecen. No sólo porque tengan los
mismos conocimientos y experienciasque los hombres deban ocupar los mismos
puestos, recibir el mismo sueldo o incluso compartir camerino con sus
compañeras de equipo. Este artículo está dedicado a todas esas mujeres que se
han ganado sus cosas a pulso y compitiendo vorazmente contra la fortaleza
masculina. En este mes, el de la mujer, quiero decirles que se merecen mucho más
que flores.
Tomado de: www.planetaellas.com |
Sólo hay que mirar la historia para
ver cómo han tenido que sortear las mujeres para lograr un puesto no sólo en el
balompié oen el deporte en general, sino en la vida cotidiana. La historia de
los Juegos Olímpicos es uno de los muchos ejemplos al respecto. Las mujeres
sólo empezaron a participar de este evento hasta 1928 y con un número muy bajo
en cuanto a participación frente a los hombres. El fútbol no ha sido la
excepción a esta regla e incluso hoy en día muestra cifras muy cortas en cuanto
a ligas y competencias femeninas.
Colombia es una muestra de ella,pues
se podría afirmar que aún no se les da el puesto que deben ocupar en este
deporte. Aunque ya nos representan en mundiales y competencias internacionales,
al interior del país las ligas y torneos siguen siendo muy escasos. O es que
acaso hablamos de la liga profesional de fútbol femenino en Colombia.
Para colmo, nuestras jugadoras
logran llegar a un mundial y nuestros propios medios de comunicación se
encargan de acabar con la labor realizada. Es el caso de ese equipo que llegó
al mundial y que denominaron “Las Súperpoderosas”. Súperpoderosas de qué, me
pregunté yo cuando vi el titular en prensa y canales nacionales. Les aplicaron
lo mismo que a los hombres; después de un gran esfuerzo y obtener buenos
resultados los engrandecemos, tanto así que todo se va por la borda.
No hagamos lo mismo con el fútbol
femenino por favor. Más bien hagámosle pasito para que se puedan seguir
formando y trabajando en torno al mejoramiento del equipo y los estamentos necesarios.
No soñemos aún con tener campeonas del mundo, forjemos un posible equipo campeón.
Eso no se consigue regalándole una rosa en el mes de la mujer o el día de la
madre; se hace respetándolas y adjudicándoles los mecanismos de formación
necesarios para poder competir con el deporte rey colombiano, el fútbol
masculino.
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