La gran mayoría obedecen a compromisos políticos o a intereses particulares por vincularse a una modalidad o un ente deportivo, sin importar el perfil profesional; pues la ley no exige grandes condiciones para ser un dirigente deportivo en Colombia.
Por Diego Suárez
difersuca@gmail.com @diegosuarezcano
Como todos sabemos, el fútbol en Colombia es el deporte más popular del país, más no es considerado el deporte nacional. Aunque los más importantes logros se han obtenido en deportes individuales, es el fútbol el que llama la atención de los medios de comunicación y del público en general, aislando a un plano mucho menor a las demás disciplinas.
El balompié en nuestro país tiene grandes retos para el futuro; pero como todo reto, debe asumirse con responsabilidad, con disciplina y continuidad. Para esto, debemos contar con unas buenas bases en las organizaciones deportivas y los dirigentes. Honestamente hoy día en nuestro país no contamos con buenos dirigentes, pues la mayoría no tienen los suficientes criterios para dirigir y tomar decisiones correctas porque desconocen los procesos administrativos y no tienen la autoridad y la imparcialidad suficiente para dirigir.
La corrupción deportiva en Colombia y en especial en fútbol es grande, es un mundo reservado, elitista, donde las decisiones del balompié las toman un reducido círculo de funcionarios a puertas cerradas, donde el dinero se gasta en intereses propios y no en el deportista o en el club como debe ser.
Infortunadamente las organizaciones deportivas en nuestro país están conformadas por directivos generalmente por profesionales que no tienen ni idea de dirección y administración deportiva y otros, en el peor de los casos ajenos al deporte, en cuanto a formación se trata. Lo triste es que ocupan altos cargos por compromisos políticos, por ‘rosca’, con grandes intereses personales, donde el fútbol como deporte ocupa la última prioridad de la organización.
El poder de estos funcionarios es tan grande que llevan a futbolistas y técnicos, que en mi opinión no se lo merecen a jugar y dirigir un equipo, con buenos sueldos y hasta llegan a hacer parte de la Selección Colombia, sólo por intereses propios de por medio o por amistad, dejando por fuera a otros que sí realmente lo merecen, estancando el fútbol en nuestro país.
En ese sentido nuestros dirigentes del fútbol colombiano, tienen poco peso y autoridad para tomar decisiones importantes en el balompié nacional, muchas veces son los grandes empresarios, políticos, periodistas y hasta jugadores que están detrás de todo esto, y toman las riendas y las decisiones importantes en el fútbol.
Personalmente, considero que los dirigentes del deporte colombiano, deben elegirse por mérito propio, por conocimiento y experiencia en el área. Son muy pocos los clubes y las federaciones que ven al fútbol como una empresa, como una organización que necesita posicionarse y crecer con buenos resultados, no sólo en títulos y campeonatos, sino en procesos serios y continuos de formación de deportistas y futbolistas íntegros, con planes de crecimiento y proyección a corto, mediano y largo plazo.
Actualmente con Pékerman qué tanta rosca hay? Siempre me he preguntado por qué Abel Aguilar está SIEMPRE de titular, cuando es un jugador q no demuestra mayor aporte a la selección. En Colombia hay muchos mejores jugadores que él en esa posición de recuperador.
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