jueves, 15 de marzo de 2012

Hagámosle pasito



Por: Alejandro Reyes Dávila
alejafro@hotmail.com - @alejoreyesdavil

Mucho tiempo ha tenido que pasar para que las mujeres ocupen el lugar que hoy merecen. No sólo porque tengan los mismos conocimientos y experienciasque los hombres deban ocupar los mismos puestos, recibir el mismo sueldo o incluso compartir camerino con sus compañeras de equipo. Este artículo está dedicado a todas esas mujeres que se han ganado sus cosas a pulso y compitiendo vorazmente contra la fortaleza masculina. En este mes, el de la mujer, quiero decirles que se merecen mucho más que flores.

Tomado de: www.planetaellas.com
Sólo hay que mirar la historia para ver cómo han tenido que sortear las mujeres para lograr un puesto no sólo en el balompié oen el deporte en general, sino en la vida cotidiana. La historia de los Juegos Olímpicos es uno de los muchos ejemplos al respecto. Las mujeres sólo empezaron a participar de este evento hasta 1928 y con un número muy bajo en cuanto a participación frente a los hombres. El fútbol no ha sido la excepción a esta regla e incluso hoy en día muestra cifras muy cortas en cuanto a ligas y competencias femeninas. 

Colombia es una muestra de ella,pues se podría afirmar que aún no se les da el puesto que deben ocupar en este deporte. Aunque ya nos representan en mundiales y competencias internacionales, al interior del país las ligas y torneos siguen siendo muy escasos. O es que acaso hablamos de la liga profesional de fútbol femenino en Colombia.

Para colmo, nuestras jugadoras logran llegar a un mundial y nuestros propios medios de comunicación se encargan de acabar con la labor realizada. Es el caso de ese equipo que llegó al mundial y que denominaron “Las Súperpoderosas”. Súperpoderosas de qué, me pregunté yo cuando vi el titular en prensa y canales nacionales. Les aplicaron lo mismo que a los hombres; después de un gran esfuerzo y obtener buenos resultados los engrandecemos, tanto así que todo se va por la borda.

No hagamos lo mismo con el fútbol femenino por favor. Más bien hagámosle pasito para que se puedan seguir formando y trabajando en torno al mejoramiento del equipo y los estamentos necesarios. No soñemos aún con tener campeonas del mundo, forjemos un posible equipo campeón. Eso no se consigue regalándole una rosa en el mes de la mujer o el día de la madre; se hace respetándolas y adjudicándoles los mecanismos de formación necesarios para poder competir con el deporte rey colombiano, el fútbol masculino. 


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